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Cómo mejora el jugador

José Luis Alderete: “Un jugador mejora siendo valiente y arriesgando”

Hay jugadores que con sus acciones durante un partido te dejan con la boca abierta, pero qué les hace diferente al resto. José Luis Alderete, seleccionador de la Federación de Baloncesto de Madrid, lo tiene muy claro: “son valientes”. Son capaces de “hacer cosas siempre de forma diferente”. El problema viene dado por los entrenadores, que “no aceptan tener una labor secundaria” y tienen que ser conscientes de que el jugador es “un elemento prestado al que hay que enseñar, pero los que tienen que aprender son ellos, no forzándoles y dejándoles que hagan las cosas de una forma valiente”.

La necesidad de conseguir buenos resultados a corto plazo hace que, en muchos casos, se encasillen a los jugadores y no se corran riesgos, pero “la única forma de mejorar es arriesgando”. Las formas de entrenar no han evolucionado, por una razón muy sencilla, “no se permite la creatividad y la imaginación”. Los procesos de aprendizaje están articulados, por eso se necesitan entrenadores “emprendedores que desarrollen ideas nuevas y se les dejen desarrollarlas”. Porque ahí se diferencia un jugador bueno de uno que no lo es, ya que “los buenos, además de hacer cosas diferentes, son conscientes de que pueden fallar”. Para eso, tienen que contar con la confianza del entrenador, que debe de ser capaz de “crear un ambiente de confianza, en el que se permita y se acepte el riesgo”. La Selección Española de baloncesto, de Pepu Hernández, el Blancos de Rueda Valladolid, de Porfirio Fisac y el DKV Joventut, de Sito Alonso, son ejemplos claros de este baloncesto “alegre y valiente”.

Si existe algún nexo de unión entre grandes jugadores como Ricky Rubio o la “Bomba” Navarro, además de la valentía y descaro jugando, es “un entrenador que les haya marcado en el proceso de enseñanza”. La labor del técnico en su primera etapa es fundamental para que “lleguen frescos a los catorce años y no se aburran, queriendo incluso dejar de jugar”. Para ello, Alderete da tres claves que todo entrenador tiene que cumplir para conseguir una formación completa del jugador: “Tiene que mostrarles cariño para que se sientan queridos, enseñarles a jugar al baloncesto y darles seguridad”.

Con estos pequeños detalles, se empieza a poner la base de un jugador que quién sabe si en un futuro se convertirá en una estrella, pero lo que sí es seguro es que será un jugador valiente.


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