Para llegar a la excelencia hay que formarse, para traspasarla hay que transformarse.
El éxito se alcanza por la suma de pequeñas y sencillas acciones realizadas durante días, semanas, meses….
Se trata de ser mejor cada día en aquello que hagas y entregarlo a los demás, sin importar el retorno.
Humildad para reconocer errores y dejarse ayudar, y generosidad para hacer el trabajo de los demás si hace falta.
“Ningún rendimiento por debajo del muy bueno es recompensado”
“Cuando te enfrentas a alguien en principio mejor que tu y sabes que va a tener un rendimiento excelente tienes que romper una cosa: tienes que romper el límite superior de tu rendimiento a través de tu crecimiento”
“La excelencia en el deporte sólo se consigue entregándote permanentemente al 100%, y con un nivel de autoexigencia máximo. La disciplina nos da libertad”. Muchas de las respuestas no se encuentran en la cabeza, sino en el corazón de las personas, priorizar lo que queremos, y no lo que pensamos, la cabeza trata de analizar, mientras que el corazón alberga nuestros deseos más profundos, que en realidad son los que nos hacen actuar.
El acceso al estado de excelencia es muy sencillo. para alcanzar la excelencia en tu ámbito tienes que trabajar todos y cada uno de los días dando el ciento por ciento de ti mismo en todas las situaciones hasta que ello se convierta en un hábito. tienes que poner arriba del todo y decir:
“De aqui no voy a bajarlo, y voy a pasar por encima de el, cada día”. Entrega absoluta y no plantearte jamás cartas más bajas. Hace falta enfocarse en lo más importante y no aceptar las multiples distraccion con que somos bombardeados a diario.