El Tribunal, que sabía de la trama y estaba compinchado con el rico, quiso guardar las formas y dijo al acusado: “Sabemos de tu condición de hombre justo vamos a dejar en manos de la justicia universal tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras “culpable” e “inocente”, Tú escogerás y será la mano de Dios la que decida tu destino.”
Por supuesto ambos papeles llevaban escrito la palabra “CULPABLE” y el buen hombre sabía de su destino fatal escogiera el que escogiera.
Un Juez instó al buen hombre a tomar uno de los papeles doblados. Este respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse abrió los ojos y con una extraña sonrisa tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca lo engulló rápidamente.
Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon airadamente: “¿Pero qué haces? ¿Y ahora cómo vamos a saber la verdad?”- “Es muy sencillo, respondió el hombre, es cuestión de leer el papel que queda y así sabremos lo que decía el que me tragué”.
La expresión pensamiento Lateral fue acuñada por Edward de Bono en 1967, y fue precisamente para salir de la confusión que generaba la palabra creatividad. Se basa en la manera en la que funciona la mente como sistema de organización propia que define patrones asimétricos.
Existe una necesidad de atravesar estos patrones y de ahí la expresión pensamiento lateral.
El corazón del pensamiento lateral está en la posibilidad de cambiar, en cualquier momento, la posición propia por la de los otros, para observar cómo se ve la realidad desde un ángulo diferente.