Todos sabemos de la importancia que tiene el diseño de los ejercicios y tareas a desarrollar durante una sesión de baloncesto.
Blogs, youtube, webs, libros, cuadernos tácticos, dossiers de cursos, compañeros de club… son la principal alternativa que se toma a la hora de diseñar el entrenamiento. Pero, ¿qué tal si lo hacemos nosotros?
Para los que así lo decidan, les dejo una serie de criterios fundamentales para la hora de elaborar nuestras actividades para los más pequeños y, no tan pequeños. Para ello, hoy nos ayudaremos de los diferentes estudios y trabajos del neohumanista Raths.
1Tomar decisiones. A mayor número de decisiones que deba tomar el jugador, mayor implicación congnitiva del mismo y por tanto mejor aprendizaje.
2Éxito. Es clave para la motivación del jugador. En cada una de las actividades que diseñemos, debemos buscar que todos los jugadores logren alcanzar éxito. Es inhumano ver a un entrenador queriendo que sus benjamines hagan el contraataque de 11 a los diez minutos de explicarlo.
3Libertad. Si se permite que el jugador pueda “saltarse” los patrones marcados, genera un aumento de aprendizaje. ¿Por qué hay que delimitar tanto la creatividad de los jugadores?
4Situaciones reales de juego. Hay que recordar que se prepara a los jugadores para situaciones de partido. Por favor, no siempre hay que recurrir al cono.
5Mejora técnico-táctica. Toda actividad debe tener una finalidad clara. Plantear un ejercicio porque es bonito, porque sí, o simplemente porque la copie del clinic de Aíto….. Todo tiene que tener un porqué y un objetivo. No hacer nada por nada.
6Resolver problemas motrices. Al final cada situación a la que se encuentra un jugador es un problema, el cual debe resolver con las herramientas técnico-tácticas de que dispone. Plantear en nuestras sesiones diferentes soluciones a un mismo problema (p.e. 1c1 de cara al aro en esquina 6,25 y sin haber botado), le permitirá al jugador mayores opciones de resolver la situación de forma eficaz.
7Aprendizaje autónomo. Entendido por el requerimiento del feedback interno, el cual debemos de fomentarlo con cada una de las indicaciones que ofrezcamos al jugador según sus acciones.
8Individualización. La clave de un buen proceso de enseñanza-aprendizaje es que el entrenador sea capaz de plantear en una misma situación un reto diferente, un objetivo diferente, una motivación diferente para cada uno de sus jugadores. En nuestra sesión y en cada uno de nuestros ejercicio, cada jugador debe ser tenido en cuenta como diferente y único, ese debe ser nuestro reto; crear un ejercicio que realicen todos para mejorar individual y colectivamente. Es nuestro reto.
9Integral. Cada actividad debe todos los ámbitos: motriz, cognitivo y afectivo- social; muy en especial si estamos trabajando con los más pequeños.
Prepara tus entrenamientos y diseña tus propios ejercicios, seguro que ese es el mejor entrenamiento para tu equipo
Extraído de desdelbanquillo.es