Definitivamente, no es una cuestión de copiar ejercicios, me explico, veo un entrenamiento de otro entrenador y veo un ejercicio fantástico, lo anoto, veo la dinámica, y llego a mi equipo y hago lo mismo. Craso error.
Cuando vamos a plantear un ejercicio tenemos que pensar qué queremos que aprendan nuestros jugadores. Hay multitud de cosas que pueden aprender, pero nosotros tenemos que tener claro cuáles son nuestros objetivos (y para eso tenemos que tener nuestra planificación bien hecha).
No es una cuestión de filas o no filas. Es una cuestión de que una vez que haya terminado el ejercicio, el jugador haya efectuado un elevado número de repeticiones. En general, hablamos para entrenamientos de equipos de cantera, donde trabajamos la técnica individual constantemente.
Un ejercicio es una actividad práctica, es decir, donde el jugador practica algo. Si nuestros jugadores están más tiempo en una fila mirando que practicando, el ejercicio no servirá para mucho. A veces es simplemente una cuestión de que los jugadores salgan tres segundos antes. No hay que tener miedo a que haya jugadores yendo y viniendo por la pista, es bueno, ya que ayuda a que tengan la cabeza alta, aspecto básico en el baloncesto.
Mide los tiempos de descanso de los jugadores, donde empieza el balón y donde termina el jugador, con el objeto de facilitar unas rotaciones sencillas para los jugadores.
Tienes que pensar la utilidad del ejercicio, es decir, lo útil que será para el jugador; por ejemplo, si estamos trabajando contraataque, el ejercicio de trenzas no creo que sirva para mucho, ya que no he visto muchos contraataque donde los jugadores se van pasando el balón y cruzándose por las espaldas, más bien, todos corren directos al aro. Si las trenzas las haces para trabajar condición física, pues bien hechas están, siempre y cuando, no esten mucho tiempo esperando a salir.
Hay que tener en cuenta las capacidades de tus jugadores. Por ejemplo, si entrenas a un equipo benjamín, de 8-9 años de edad, el que trabajes el pase de beisbol de un lado al otro de la cancha, no será muy útil porque sus brazos no tienen la suficiente musculatura como para trasladar un balón de un aro al otro.
Acuerdate de situarte correctamente en la pista. Si tienes un equipo de peques y tu objetivo es trabajar entradas, lo mejor es darle un balón a cada uno, dos filas, y utilizar los dos aros, de manera, que el número de repeticiones aumentará. Si tienes que dar indicaciones a los jugadores, para poder ver a ambas filas, lo mejor será situarte en el centro del campo, y verás a todos los jugadores, y cuando vuelvan a las filas, les podrás dar individualmente las indicaciones que consideres oportunas.
En la información que le llegue al jugador tras ejecutar una acción, conocido como “feedback”, a veces, no le digas en lo que ha fallado, pregúntale lo que ha pasado, o por qué ha realizado determinada acción o ha ocupado determinado espacio. Hazle pensar, no le des el problema resuelto.
Y por supuesto, lo ideal es atreverse a diseñar tu propio ejercicio, pues tú mejor que nadie sabe cuáles son los objetivos del equipo y qué tienen que trabajar en cada sesión.
Extraído de aprendebaloncesto