En los deportes colectivos los equipos están compuestos por titulares y suplentes. Pero en el básquet, abrir el juego en cancha o en el banco no siempre dice mucho, ya que más de una vez el que viene desde el banco puede jugar mas que aquel que salió en la formación inicial.
¿QUIÉN DIJO QUE ES UN CASTIGO?
En los deportes colectivos los equipos están compuestos por titulares y suplentes. Pero en el básquet, abrir el juego en cancha o en el banco no siempre dice mucho, ya que más de una vez el que viene desde el banco puede jugar mas que aquel que salió en la formación inicial.
Del mismo modo, en el básquet moderno, sabemos, los entrenadores mueven el banco cada vez más, buscando en su profundidad opciones para causarle o solucionar los problemas que le plantea el rival. Es decir, entrar o salir no es determinante ni mucho menos, ¿no?
Entonces… ¿Por qué interpretamos salir del equipo cuando nos reemplazan como un castigo?
Ante la consulta a boca de jarro, muchos responden: “Nooo, nada que ver”, pero las caras de enojo o fastidio de aquellos que son reemplazados parece contradecirlos.
Lo preocupante es que en la mayoría de los casos, ese enojo nos pone a un paso del temido y nunca bien ponderado “Fuera de Foco”. ¿Por qué?
Porque cuando salimos enojados, muchas veces el enojo nos saca de eje, según donde pongamos la culpa y como manejemos esa carga de emociones que viene con ella.En castellano… Muchos jugadores, ante el reemplazo, suelen llegar al banco enojados con el entrenador, quien supuestamente “no me tiene confianza” o “no vio que el error no fue mío”. Entonces, como el DT es el malo de la película, voy al banco enojado con él y lo mas probable es que no preste atención a las razones que provocaron el cambio, es decir, que error /es pude haber cometido.
Otra… Muchos jugadores, ante el reemplazo, salen tan enojados consigo mismo por no haber podido sostenerse en cancha, que esa bronca los manda al banco en medio de un auto diálogo totalmente nocivo (“eres un desastre”, etc, etc). Por ende, tampoco suelen terminar de comprender bien que pasó o por qué se van a sentar. Al punto que a veces ni siquiera se dan cuenta que el cambio no tiene que ver con que hayan hecho algo mal, sino con que el Coach esta buscando otra opción táctica o te ve cansado.
El problema es el de siempre: como manejamos las emociones que vienen con esos enojos (conmigo o con el Coach), y para ello es clave evitar que ese malestar se genere. El Tip para aprender a manejar esa emoción tiene que ver con soluciones pragmáticas: ¿Y si en lugar de enojarte porque te reemplazan volvés al banco pensando en usarlo para descansar y reenfocarte para estar disponible para salir nuevamente a la cancha? El enojo o emoción negativa bloquea o al menos atenta, contra nuestra capacidad de pensar y resolver correctamente, por lo que cuando vamos al banco enojados lo mas probable es que ese malestar se multiplique y nos deje bloqueados, sin capacidad para regenerar energías, ideas o motivación para volver a la cancha, lo que seguramente provocará que al volver juguemos peor que como lo veníamos haciendo.
¿Y si cambiamos el enojo de salir por una sonrisa / palmada o aliento al compañero que entra y nos dedicamos a recuperarnos y enfocarnos para volver a serle útiles al equipo?
Vamos, no es tan difícil, y además de los consejos, hay muchas técnicas que la Psicología del Deporte puede aportar para solucionar estas situaciones…