¿En cuántas ocasiones nos hemos encontrado ante el dilema de cuál ejercicio/actividad escojo para determinado objetivo o contenido a trabajar?
La elección de la tarea a realizar es una de las decisiones más importantes que debemos tomar como entrenadores a la hora de diseñar la sesión. ¿Será esta más adecuada que esta otra? ¿Por qué este ejercicio no funciona si es bueno? ¿Por qué hay entrenadores que trabajan lo mismo con otros ejercicios? ¿Funcionarán estos mejor que los míos?
Vamos a intentar ofreceros una serie de premisas que den respuesta a esta y otras cuestiones que se puedan dar. Para ello ofreceremos soluciones en base al trabajo de Raths.
Raths enumera una serie de principios para el diseño de actividades de aprendizaje. Así, en condiciones iguales, una actividad es preferible a otra si:
- Permite al jugador tomar decisiones respecto a cómo desarrollarla y ver las consecuencias de su elección.
- Atribuye al jugador un papel activo en su realización.
- Exige del jugador una investigación de ideas, procesos intelectuales, sucesos o fenómenos de orden personal o social y le estimula a comprometerse en la misma.
- Obliga al jugador a interactuar con la realidad.
- Puede ser realizada por jugadores de diversos niveles de capacidad y con diferentes intereses.
- Obliga al jugador a examinar en un contexto nuevo una idea, un concepto o una ley que ya conoce.
- Obliga al jugador a examinar ideas o sucesos que normalmente son aceptados sin más por la sociedad.
- Coloca al jugador y al enseñante en una posición de éxito, fracaso o crítica.
- Obliga al jugador a reconsiderar y revisar sus esfuerzos iniciales.
- Obliga a conocer y aplicar reglas y normas.
- Ofrece al jugador la posibilidad de planificarla con otros, participar en su desarrollo y comparar los resultados obtenidos.
- Es relevante para los propósitos e intereses explícitos de los jugadores.
“Saber algo ya no es suficiente; es preciso también saber enseñar” Maurice Tardif
Extraído de desdeelbanquillo.es