Con este artículo prentendo acercarme a la importancia de la intensidad en el bote desde un nuevo enfoque didáctico que nos pueda servir para inculcarlo en nuestros jugadores, sobretodo cuando trabajemos la técnica individual de cara a generar ventajas en el 1contra1 .
Existen varios aspectos importantes relacionados con el bote, los cuales deberíamos repasar a la hora de explicar los movimientos o hacer correcciones a nuestros jugadores:
- La orientación y posición del cuerpo: Flexión de piernas, buen equilibrio (culo hacia fuera, espalda recta..), orientación de hombros y punteras (apuntando hacia canasta el 95% de las veces…), la vista en el aro…
- La altura del bote: Generalmente se suele decir que debe ser a la altura de la cintura, pero se entiende que en función de la situación y del movimiento que hagamos esa altura variará.
- El contacto de la mano con el balón y el gesto del brazo: Es muy importante usar las yemas de los dedos (no la palma) y dar un buen golpe de muñeca y antebrazo, acostumbrando a nuestros jugadores “a no ser vagos” botando correctamente para evitar hacer acompañamientos.
- La utilidad del bote: Debemos tratar de reducir el número de botes innecesarios. Cuanto más botemos el balón sin atacar la canasta, más opciones tendremos de perder la pelota.
Así a bote pronto, estos son tres de los aspectos más importantes, que entiendo que como entrenadores deberíamos fijarnos a la hora de explicar y corregir a nuestros jugadores. Pero me gustaría centrarme en la importancia de que nuestros jugadores aprendan a utilizar la variación en la intensidad del bote, a la hora de realizar desplazamientos con balón.
Nuestro objetivo a la hora de trabajar la técnica individual ofensiva de nuestros jugadores ha de ser que realicen los gestos técnicos con toda la agresividad que les sea posible, y para ello el interruptor fundamental, aparte de una buena posición corporal (bien flexionados y orientados a la canasta), han de ser las variaciones de dureza, altura y velocidad en el bote.
Nuestros jugadores han de saber escuchar y comprender “la música del bote”.
Esa música es el sonido que provoca el balón (nuestro instrumento de percusión) al impactar con el suelo. Las variaciones en la dureza del bote, la altura y la velocidad a la que botamos, son los detalles que van a diferenciar un ataque agresivo, en el que seamos cada vez más capaces de desequilibrar a la defensa y obtener ventajas ofensivas.
Trabajar este tipo de detalles a veces puede parecer de poca importancia, pero creo que el asunto del bote y la agresividad con la que nuestros jugadores realizan los movimientos, son el punto esencial para dar un salto de calidad en el juego de nuestro equipo.