Pocas películas recogen tan fielmente la trascendencia de la gestión y la comunicación como trampolines al éxito. O mejor, al reconocimiento. Moneyball – Rompiendo las reglas es una de ellas.
Aaron Sorkin, que ya nos encandiló como guionista de El Ala Oeste de la Casa Blanca, una de las series de culto en el campo de comunicación, aprovecha esta historia real para dejarnos una retahíla de metáforas, analogías y guiños metalingüísticos plenamente aplicables a la vida real.
Moneyball relata el caso real del Oakland Athletics, un equipo de béisbol con grandes talentos deportivos y escasísima capacidad económica, que ve cómo los grandes de la liga arrebatan a sus mejores jugadores. Su manager general, Billy Beane (Brad Pitt en la ficción), promesa frustrada en los 80, quiere dar la vuelta a la situación para luchar por el campeonato. Ayudado por un joven que analiza a los jugadores por variables puramente estadísticas y alejadas de las proyecciones más comerciales, cambia el enfoque de la gestión deportiva, remodela la plantilla… y los resultados, no sin críticas, reticencias y dosis de paciencia, empiezan a llegar.
Pero… ¿qué 10 claves comunicativas nos enseña Moneyball?
1. It is unbelievable how much you don’t know about the game you have been playing all your life. Es decir, es increíble todo lo que no sabes del deporte que has jugado toda la vida. En otras palabras, que la mayoría de las veces jugamos o somos parte de un sistema del que ciertamente no solemos conocer las reglas. Sin conocerlas, es difícil cambiarlas.
2. Para revertir los resultados, para superar la derrota, hay que pensar diferente. Romper con lo establecido. Replantearse, rediseñar y cambiar de estrategia puede ser la única opción. Y para innovar, hay que tener agallas. Imprescindible. Y saber superar las críticas porque para muchos supondrás una amenaza a la mentalidad, la forma de trabajar y la metodología de la mayoría. Pasa en política, en la empresa y en el deporte. Hacerlo “como siempre” no es garantía de nada.
3. “El dinero hace creer a los jugadores que ganan mucho dinero… que son valiosos”. La mentalidad es parte importante del éxito. Si pretendemos jugar como los grandes, perderemos en el enfrentamiento directo. La clave pasa por pensar en grande y actuar en pequeño.
4. Tener confianza en ti mismo y una idea en la que crees es el camino más corto hacia tus metas. La actitud, la convicción con la que defiendes un estilo o un proyecto, es algo que se percibe, que genera seguidores. Que convence más que las palabras. Detectar lo que haces bien y potenciarlo… es crucial.
6. Perder no es divertido, pero hay que digerir cada derrota. La emoción en tu trabajo te quita presión. Solo disfrutarás cuando empieces a relativizar: la trascendencia de los medios, la amenaza de la competencia, etc. Y disfrutando… los resultados estarán más cerca.
7. Sin comunicación no hay información y sin información la desmotivación, los rumores y la desconcentración juegan más cómodos. La unidad del equipo peligra. La comunicación, por tanto, cuanto más personalizada, más involucra, más motiva, más potencia.
8. Paciencia. Los grandes cambios tardan en asentarse. ¿Quién dijo que la rapidez mide la eficiencia? No debemos perder el objetivo pese a las curvas del camino. Lo importante es disfrutar del proceso, del trayecto, para llegar bien a la meta.
9. Los resultados son los resultados. La apariencia no lo es todo. Ni la edad, ni el peso, ni el aspecto ni las sensaciones son determinantes siempre. Influyen, pero no más que el trabajo bien hecho durante mucho tiempo. Se llama reputación.
10. Los valores importan. Pocos o muchos, pero tenlos. Son tu sello, tu estilo. El recuerdo que generarás con independencia de los resultados.
Diez enseñanzas de recomendable aplicación en un momento como el actual, extraídas de un film donde seguramente la historia deportiva sea lo de menos. O si lo prefieres, un directísimo paralelismo de muchos aspectos de tu día a día.
Fuente: Yuri Morejon, asesor de comunicación pública y director de Comunicar es Ganar