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Psicología deportiva:Liderazgo

La psicología deportiva en el baloncesto: Liderazgo

En el baloncesto, como en otros deportes de equipo, las habilidades interpersonales adquieren un papel fundamental. La coordinación, la cohesión de equipo, la aceptación de roles, el liderazgo, etc. pueden hacer que un equipo gane o pierda.
Pero de todos estos aspectos, destaco la importancia del liderazgo en el baloncesto. ¿Por qué?.

Porque normalmente se equipara al director de equipo (es decir, el entrenador) con el líder y, en baloncesto, la intervención del entrenador es mucho mayor que en otros deportes grupales, como el fútbol. El entrenador de basket puede dar instrucciones a sus jugadores durante un partido, en los tiempos muertos, en los descansos entre períodos e incluso durante el juego, ya que las dimensiones de la cancha así lo permiten.

Y ¿qué puede hacer un entrenador para mejorar su capacidad de liderazgo?.

Los líderes se caracterizan por tener gran influencia en los demás. Son capaces de convencer, de motivar, de movilizar a otros con la finalidad de conseguir los objetivos planteados (Recordemos el papel que desempeñó Pau Gasol en la consecución de la medalla de oro del Europeo de Polonia de 2009, después de unos inicios dubitativos).

Pero ¿por qué unas personas son más influyentes que otras? Fundamentalmente, hay 3 aspectos que permiten mejorar la influencia sobre otros:

Credibilidad

Para que un entrenador tenga credibilidad debe tener pericia (formación y experiencia) en su deporte, en este caso, el baloncesto; mostrar que no tiene intenciones ocultas (i.e., anteponer el beneficio propio sobre el grupal) y tener cierto prestigio (normalmente este aspecto es valorado en función del palmarés obtenido).

Atractivo

¿Por qué hace unos años se planteó la norma de que los entrenadores y demás miembros del staff técnico debían ir en traje?. Porque aunque nos cueste aceptarlo la apariencia es importante. Las primeras impresiones se basan en la apariencia y, a pesar de que nos podamos equivocar, éstas son puntos de arranque críticos para la predicción de la influencia y la calidad de la interacción social a seguir. Para que un entrenador potencie su atractivo debe tener similaridad con el equipo. Los entrenadores que comparten ciertas actitudes y creencias con sus jugadores y se comportan como miembros pertenecientes de un mismo equipo son más influyentes. El entrenador que, cuando las cosas van mal, habla de un mal rendimiento de todos, incluido él, tiene más atractivo para sus jugadores que el que, en esa misma situación, considera que la culpa es sólo de los jugadores. Otro factor que potencia el atractivo, es la familiaridad. Nos fíamos de quienes conocemos; siempre y cuando, no abunden experiencias de conflicto. Por tanto, es bueno que a principio de temporada haya una mayor interacción para conocer mejor a los jugadores y ellos al entrenador.

Poder

El entrenador, en virtud de su posición, tiene el control y debe mostrarlo. Tiene que ser capaz de advertir si sus instrucciones son seguidas o no y controlar los refuerzos/ castigos. Es decir, si un entrenador pone una sanción económica para los jugadores que lleguen 10 minutos tarde al entrenamiento; tiene que poder comprobar esa situación y sancionarla en caso de que ocurra. Si el entrenador llega más tarde, no puede saber si algún jugador ha llegado tarde; o si lo ha visto pero no lo sanciona, perderá su autoridad.

Pero los líderes no sólo son influyentes, también:

  • Tienen claros sus objetivos y cómo conseguirlos. Para ello, es importante saber el punto de partida: club al que pertenece, presupuesto, equipo… Si el entrenador se plantea objetivos inalcanzables o si no sabe cómo conseguirlos, no podrá guiar a otros para su consecución.
  • Tienen automotivación: Los líderes tienen alta tolerancia a la frustración, de tal manera que no decaen con facilidad ante los obstáculos, eso les permite perseverar en la consecución de sus resultados y motivar a otros.
  • Son grandes comunicadores: El entrenador debe exponer claramente sus objetivos, sus planteamientos, sus expectativas con respecto a los jugadores, etc.; pero también atender y escuchar las reacciones, comentarios, dudas, quejas de sus jugadores. Por ejemplo, hablar con el jugador que ha pasado de ser titular a salir desde el banquillo.
  • Manejan con eficacia al grupo: El entrenador ha de observar a sus jugadores, cómo se relacionan entre ellos…, y estar atento a la aparición de posibles tensiones. En función de las circunstancias (madurez de los jugadores, naturaleza del problema, etc.), el entrenador gestionará el problema o dejará que sean los propios jugadores quienes lo resuelvan. En este sentido, es importante aclarar que no siempre es conveniente mediar en los conflictos, a veces es bueno dejar autonomía a los jugadores y confiar en que sabrán resolverlos.
  • Flexibles: De igual manera, no existe una forma correcta de dirigir a un equipo, dependiendo del club, los jugadores, las circunstancias del momento, etc. habrá que actuar de una forma u otra. Es la capacidad de ser flexible y adaptarse a las situaciones la que ha de tener un entrenador que quiera dirigir eficazmente a un grupo. Así, en un determinado momento puede ser conveniente pegar un grito a un jugador para que despierte; y en cambio, en otro, puede ser conveniente animarle y apoyarle. Lo importante es determinar qué estrategia utilizar en cada momento.

En los párrafos anteriores, he hablado del liderazgo del entrenador, pero en muchas ocasiones, el líder del equipo no es el entrenador, sino uno o varios jugadores. ¿Qué pasa en esa situación?.

Algunos entrenadores vivencian esta situación como un problema, ya que pueden ver cuestionada su autoridad y considerar a ese jugador como un “enemigo”. En cambio, otros entrenadores aprovechan el liderazgo de ese jugador para mejorar el rendimiento del equipo. ¿Cómo? Haciéndole capitán del equipo, de tal manera que sea la vía de comunicación entre entrenador y demás jugadores (es más fácil convencer a uno que a muchos), siendo la fuente de motivación para otros (conseguir que sea un modelo a seguir), siendo el mediador de posibles conflictos, etc.

En resumen, los entrenadores como directores de grupos pueden y deben mejorar su capacidad de liderazgo para obtener un mejor rendimiento de equipo. Y en caso de que tengamos un líder en nuestro equipo, debemos utilizarlo en beneficio del equipo.

Extraído del blog psicologiadeportiva


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